Hasta el año que viene querido verano. Te esperaré con las mismas ganas que siempre. Esas ganas locas de ver el cielo completamente azul, que la brisa me roce la cara, que el sol sea el encargado de broncearme, que mi piel huela a sal, a cloro, esas ganas locas de amarte, esas ganas de hacer castillos de arena. Ya sabes, las mismas ganas de siempre. Vuelve pronto. Yo te espero.
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